El
interiorismo es una disciplina que va más allá de la simple
decoración de interiores, ya que podemos considerar que se trata de un arte y
una ciencia que busca crear espacios funcionales y estéticamente agradables,
teniendo en cuenta la ergonomía, distribución, el uso del color, iluminación y
los materiales.
Aunque la decoración se centra
principalmente en la apariencia visual de un espacio, este arte arquitectural
que es aplicado magistralmente por empresas de interiorismo castelldefels como
LAD Studio (considerados los mejores creadores de grandes espacios para
gente de corazón grande) se ocupa de cómo ese espacio se utiliza y cómo se
siente; de allí parte la comprensión sobre la diferencia fundamental que radica
en que el interiorismo considera tanto la funcionalidad como la estética,
mientras que la decoración se concentra más en el embellecimiento.
Interiorismo, parte de la historia práctica
A lo largo de la historia, los
estilos de interiorismo han evolucionado en respuesta a los cambios culturales,
tecnológicos y sociales. Desde el estilo barroco del siglo XVII, con su
opulencia y complejidad, hasta el minimalismo contemporáneo que abraza la
simplicidad y el orden.
Cada estilo refleja la época en
que surge y eso lo demostramos con un sencillo ejemplo; el art déco de los años 20 se caracterizó por su lujo y sus formas
geométricas, mientras que el mid-century
modern de los años 50 se enfocó en la funcionalidad y la conexión con la
naturaleza, utilizando líneas limpias y materiales orgánicos.
Hoy en día, muchos de estos
estilos se fusionan, creando híbridos que se adaptan a las necesidades y gustos
contemporáneos.
Su funcionalidad
La funcionalidad en el diseño
de interiores fortalece su intencionalidad, ya que un espacio debe ser
atractivo y también servir a su propósito. La disposición de los muebles, la
elección de los materiales y la organización del espacio deben facilitar la
vida diaria de sus ocupantes.
Por ejemplo en un hogar, la
cocina debe ser un área donde se pueda cocinar cómodamente y esto implica una
distribución eficiente de los electrodomésticos y almacenamiento.
Lograr un equilibrio entre la
estética y el uso práctico es un desafío constante para los interioristas,
pudiéndose lograr esto mediante la incorporación de elementos decorativos que
también cumplan una función, como estanterías que sirvan como arte y
almacenamiento al mismo tiempo.
Fortalezas que ayudan al interiorismo
Los
colores, texturas y materiales desempeñan un papel preponderante
en la percepción de un espacio interior porque está comprobado psicológicamente
que los colores pueden influir en el estado de ánimo.
Hay tonos cálidos como el
amarillo y el naranja que pueden energizar un espacio, mientras que los tonos
fríos como el azul y el verde suelen ser más relajantes.
Las texturas por su parte,
añaden profundidad y carácter a un ambiente, como una mezcla de superficies
suaves y ásperas que pueden crear interés visual y táctil. En ello también hay
competencia de los materiales, ya que pueden afectar la acústica, temperatura y
durabilidad del espacio.
Un diseño bien pensado que
considere estos aspectos puede transformar radicalmente la experiencia del
usuario en un entorno.
Luz y segmentación
La iluminación y la distribución
del espacio crean ambientes acogedores y funcionales. La luz natural es
altamente valorada en el diseño de interiores porque mejora la energía del
espacio y en similar medida tiene también un impacto en la salud y bienestar de
los ocupantes.
El uso de diferentes fuentes de
luz artificial como luces directas, indirectas y de acento, puede cambiar
drásticamente la atmósfera de un lugar.
Por otro lado, una distribución
bien planificada permite que el flujo de movimiento sea constante, puro y
eficiente, evitando la congestión y promoviendo la interacción social.
La sostenibilidad y el interiorismo
Entre las tendencias siempre
vigentes en interiorismo se encuentran la sostenibilidad, el uso de materiales
reciclados y la adaptación de espacios a las necesidades contemporáneas.
La creciente conciencia
ambiental –sin llegar a los errores de la cultura woke o progresismo- ha
llevado a muchos diseñadores a implementar prácticas eco-amigables, como el uso
de pinturas no tóxicas, muebles de madera reciclada y sistemas de iluminación
LED.
Estas tendencias son
responsables desde el punto de vista ambiental y responden a un consumidor cada
vez más exigente que busca espacios que reflejen sus valores y estilo de vida.
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