Escuchar Música en Casa

Para cada miembro de la familia, existe un tipo de música distinta a disfrutar. Cada quien internaliza un Significado de Canciones distinto y lo lleva a su historia personal.

He aquí un ejercicio familiar por demás interesante: Conversar sobre lo que cierta canción o tipo de música les hace sentir, con qué la asocian, qué historia hay tras el gusto que les genera.

Son temas de conversación bastante abiertos, que permiten conocer el gusto musical de cada miembro para así, aceptarlo, porque claramente que compartiendo el mismo techo, lo terminarán escuchando. Eso crea equilibrio y respeto entre las partes.

Se reconoce el amor por el familiar cuando se le acepta su tipo de música y el cómo la vive (ropa, afiches, grabaciones, asistencia a concierto o alguna actividad en la que insistentemente, lo coloca como compañía audible).

Además, se nota el respeto por los demás miembros del hogar al no coloca la música para molestarles o aburrirles. Simplemente la colocan porque es parte de su gusto, una real chispa de vida que nadie puede quitarte, pero que a su vez, a nadie puedes imponerles.

escuchar música en casa
 

Escuchar música en casa

Uno de los mayores problemas de convivencia ciudadana en las últimas décadas, es la contaminación sónica que parte de los hogares. Es tanto o más molesta que la que realiza el sector comercial.

Y aunque ambas son penadas, prosiguen, so excusa de la inviolabilidad del hogar y el pleno derecho. En fin, sólo ver el lado que les conviene y no el que termina afectando a la mayoría.

La música a alto volumen es un problema. La duración de cada sesión es un factor que la acrecienta. Y el contenido de la música, es un factor adicional.

Y, aunque sean canciones que gusten a una gran parte de usuarios y vecinos, es el volumen y la duración (y las horas en que se coloquen), lo que hace del problema un enfrentamiento social que debería ser considerado innecesario.

Pero a muchos les gusta el caos, la confrontación, defendiendo sus derechos, pero jamás cumpliendo sus deberes.

Peor aun cuando a varios vecinos les da por colocar su tipo de música en casa a full volumen, incluso sí el vecino de al lado tiene ese u otro género también a todo lo que el volumen da. Se transforma en una batalla musical que, como sociedad y personas sanas, todos terminan perdiendo.

 

En casa se debería escuchar

La música a un volumen que sea grato para los habitantes, considerando que la tararean, silban, cantan a todo pulmón y eso sube los decibeles y la contaminación sónica.

Concentrarse es el foco de cada sesión musical. Que sea cual sea el tema, aligera las cargos de las actividades del y en el hogar. La música a full volumen no ayuda a concentrarse, más bien dispersan y estresa.

Muchos no se dan cuenta hasta pasado un tiempo, cuando notan menos concentración, desgano, retardo en la capacidad de respuesta, problemas de audición.

Además, diatribas o impasses con vecinos por la música muy alta, que van creando discordia y toxicidad en la convivencia.

Escuchar música en casa es un arte. Actualmente se pueden crear mixes de canciones para cada actividad y así acompañarlas, como la música para estudiar, para planchar, lavar, limpiar el vehículo, cocinar, etc.

Cada actividad amerita un ritmo distinto para adecuarse a la misma. Pero siempre un volumen acorde con el entorno e incluso con la acústica del hogar. Eso hace que todo lo que se haga en casa, se aligere y funcione a la perfección.

Que la música acompañe a cada miembro del hogar y que también sea un vínculo para comprenderle en su propia identidad.

Lcdo. Argenis Serrano

 

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