Hemos llegado a estos niveles del siglo XXI y aún la comunicación familiar en millones de familias iberoamericanas es muy escasa, lo que ha propulsado la indiferencia, el rompimiento de vínculos, la ingratitud y el desapego paulatino. Puede que usted no lo note porque no sea su caso, pero es una realidad que se concatena con nuestras vidas.
Ni las notas familiares existen
Esta vida moderna en muchas ocasiones nos aleja de
coincidir en horarios con nuestros seres queridos, ya que uno o algunos se van
más temprano y al regresar otros u otros no están, lo que afecta a la
comunicación familiar.
Ni siquiera escribirse notas informando sobre su
día y el quehacer, se envían. Algo sencillo y factico, que es un texto argumentativo en líneas generales, debido a que el
mismo está sustentando las faltas por motivos conocidos y por el ínterin en los
mismos que se tarda en contar, eso se ha dejado a un lado, creyendo una parte
que la otra sabe lo que vive, siente, padece, necesita, quiere en esos
instantes, tomando como referencias momentos anteriores.
Por igual ocurre en la comunicación familiar con
miembros de la familia cercanos; esos que nos pueden asistir. No es que se esté
a cada rato preguntando por ellos, pero el monitorear y dejarse monitorear no
sobra, eso es amor y cariño entre familiares, igual entre amigos. Muchos dejan
pasar días sin al menos decir un hola o unos buenos deseos y eso va
quebrantando algunos vínculos que más adelante, pesarán, en especial en los
malos momentos.
La comunicación familiar eficaz
Esta requerirá del compromiso de todas las partes,
para que funciones como familia, aliados, amigos, amantes y cooperativa entre
sí. Algunas recomendaciones prácticas son:
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Contar anécdotas
diarias. De no ser posible, anotarlas y tomarse el tiempo en el fin de semana
para contarlas y además escuchar con atención los de los demás.
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Hacer de esas
reuniones momentos de comunicación familiar en pro del aprendizaje y no de
hacerse verse errores.
-
Ante las propuestas
para: mejoras en el hogar, compras, alimentos, fiestas, vacaciones, ahorros,
diligencias y/o actos legales o administrativos, deberes escolares o laborales
o sociales (incluyendo la comunidad). Todas las ideas se escuchan, se evalúan y
se hacen parte de una gran idea. Porque cuando todos en la familia aportan y les
oyen y aplican, lo hacen de mejor gana y resulta más.
-
Aunque sea 5 minutos
diarios para una conversa, un abrazo, un café, un te quiero, son en extremo
necesarios.
-
Contar anécdotas de
la juventud, cuentos extraños de su lugar de residencia, chistes, canciones,
juegos de mesa, todo eso motiva la comunicación familiar y estimula valores y
principios que se buscan repetir y mejorar, por lo importante que son.
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Alejarse del teléfono
con quienes tiene en frente y usar el teléfono para acercar a quienes están
lejos. Hasta lo más trivial es divertido cuando de comunicación familiar se
trata.
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No imponerse la fuerza. Siempre tener argumentos válidos,
sólidos, prácticos para fundamentar sus ideas e incluso algunas prohibiciones
que se deban aplicar para evitar inconvenientes previsibles.
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Compartir libros,
canciones, recetas, guías prácticas para hacer manualidades o mecánica, son
importantes para estimular la conversación en base al aprendizaje, lo lúdico y lo afectivo.
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No juzgar ni fustigar,
sea cual sea su rango – posición en la familia, para que no se tema y cada
quien sepa aceptar sus reprimendas y castigos y no se vaya por la vía de las
mentiras o excusas, creyendo que así se libra de males peores; la comunicación
familiar es mejor cuando nadie se teme y cuando se es humilde en los errores y
en los éxitos.
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