La Disciplina en el Hogar

 

En millones de hogares durante décadas (hablando en tiempos modernos) se han aplicado diversas formas de disciplina tanto a niños, adolescentes como jóvenes mayores de edad y algunas son el resultado de aprendizaje de prácticas de nuestros antepasados.

Aquí intentaremos orientar y preparar a los padres, abuelos, y/o representantes de cómo entrenar a las personas que están a su cargo, sin hacerle daño y teniendo objetivos claros, acerca de qué hace, cómo, cuándo, dónde y porque lo hace. Y estudiar si su forma de instaurar disciplina en su hogar es lo más ideal.

disciplina

 

Disciplinar

La disciplina es el proceso o conjunto de acciones, que se pueden aplicar a una persona con el fin de modificar una actitud, o una serie de conductas impropias.

En el hogar, la disciplina representa el eje central que controla los patrones y formas de comportamiento de los individuos que la integran

La disciplina es el acto mismo de intentar canalizar las situaciones antes de que se vuelvan un caos todos los sucesos que acontecen dentro y fuera del hogar.

 

Poner disciplina

La disciplina en el hogar no debe tener otra razón que no sea querer cambiar las conductas perjudiciales de nuestros seres queridos para extraer lo mejor de ellos, para enseñarlos a ser mejores personas y para que aprendan a ser cada día un mejor hombre o una mejor mujer.

La disciplina debe transmitirle a nuestros seres queridos el que estamos tratando de redirigir sus pasos hacia una vida de éxito y que deseamos amarlos, cuidarlos y protegerlos de ellos mismos y por ende necesitamos formar o propulsar su carácter, prepararlos para un destino de éxito, aplicándoles frases bonitas y ejemplos mucho mayores en belleza.

 

La disciplina no se puede aplicar por las siguientes razones:

- Porque me tiene obstinado(a)

- Porque ya no lo soporto(a)

- Para que los demás no me metan chisme

- Para que no me vayan a criticar

- Porque yo le quiero meter miedo para que aprenda

- Porque estoy de mal humor, etc.

 

Quiénes ponen la disciplina

La disciplina en el hogar debe saber estar fundamentada en las personas más idóneas; quien aplica la disciplina debe llenar algunos requisitos fundamentales;

- Debe ser una persona que tenga la carga por esa persona

- Debe ser una persona que no sólo aplique disciplina, sino que siempre demuestre afecto

- Debe ser una persona centrada en lo que desea recibir: un producto de aprendizaje

- Debe ser una persona que sea un modelo a seguir para que pueda tener moral; para aplicar la disciplina, necesita ser ejemplo de lo que desea instruir

- Debe ser una persona que no tenga extremos problemas con el carácter y que no sabe controlar sus emociones, sentimientos, decisiones o sus nervios.

- Debe ser una persona controlada, que sepa controlar la situación para que no se les escape de las manos.

 

A quién se le pone disciplina

Obviamente la disciplina debe aplicársele al que incide en el error, muchas veces en el hogar se les aplica la disciplina a todos y muchas veces se aplica disciplina por ira, molestia, fastidio o frustraciones, pero no porque en realidad alguien esté incidiendo en un mismo error y no haya querido cambiar la conducta.

Muchas veces los niños, son disciplinados por causas injustas, por torpezas que son propias de su edad; tales como se les cayó un vaso, se fue a sentar en un sitio y se tropezó, se llenó de alimento, repitió algo que escuchó delante de alguien que no debía, etc.

Debemos tomar en cuenta, que hay errores que los niños, adolescentes y jóvenes adultos cometen por ignorancia, por falta de práctica, por hacerle caso a sus instintos inocentes, etc. Y aunque es verdad que cometieron una falta, es necesario estudiar si el caso amerita disciplina o requiere dársele una nueva oportunidad a esa persona en vez de impartir castigos severos al instante.

 

La disciplina sólo debe aplicarse cuando el niño, adolescente o joven, incide en realizar actos que le han sido prohibido hacer en el hogar; de no ser así el castigo podría ser injusto. Por ello es necesario conocer de antemano la intención por la cual cayó en el error.

 

¿Cuántos imponen la disciplina?

En el hogar, todos los miembros tienen personalidades diferentes, intereses diferentes, roles y funciones diferentes y en el caso de la disciplina esto debe de tomarse en cuenta. Nunca es válido, que en el hogar haya muchas personas que impongan la disciplina, esto es un error que debemos cuidar con vital importancia.

En un hogar donde son varios los personajes que actúan en el proceso de disciplina, terminan desvirtuando el objetivo principal, por sobre el cual se está disciplinando.

Hay hogares donde castigan: los tíos, los primos, los hermanos mayores, los papás, los abuelos y todo el que viva en casa. Pero, esto lejos de ser una solución, se convierte en un caos total y la persona a quien el grupo familiar intenta cambiar, termina sintiéndose no querido, agredido y no aceptado.

Y la situación se agrava cuando el castigo se les hace colectivamente, es decir todos les castigan al mismo tiempo, uno le jala la oreja, el otro lo insulta, el otro le da una palmada y otro le da con la correa, etc.

Una o máximo dos personas, deben ser quienes deban siempre establecer la forma de disciplina y quien lleve el peso de esa responsabilidad. La disciplina no es un derecho, la disciplina es una obligación moral y en el hogar sólo una o dos personas son las que deben tener esa obligación y para ello deben ser las personas que realmente tienen el peso de la autoridad sobre el hogar.

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Dónde aplicar disciplina y cómo aplicarla

"Dónde" puede implicar muchas cosas, ejemplos:

- Dónde aplicar el castigo (en qué lugar)

- Dónde aplicar el castigo (en qué parte del cuerpo)

- Dónde aplicar el castigo (en qué ambiente lo dejaremos estar)

 

También existe el "cómo" que puede implicar otras cosas, ejemplos:

- Cuánto tiempo

- Cuál tipo de disciplina

- Con qué recurso.

- ¿Estando con alguien presente o no?

 

Si relacionamos todos estos factores, podemos darnos cuenta de que aplicar la disciplina es un asunto serio, que no debe hacerse sin planificación y sin justificación y tomando las medidas correctas.

 

Para resumir un todo en algo breve y entendible, podemos decir lo siguiente:

- Nunca discipline en un lugar donde haya recursos con el cual usted puede maltratar a la persona que usted está disciplinando o ella le pueda maltratar a usted.

- Nunca discipline en un lugar donde puedan caerse, tropezarse, perderle equilibrio, o enredarse con algo.

- No use objetos que maltratan severamente a la persona que usted desea corregir.

- No amenace, grite, insulte, ni ofenda a la persona que usted intenta corregir.

- Trate de no llegar al castigo físico a menos que sea estrictamente necesario y eso con regulación.

- Trate de imponer disciplina que se ajusten al propósito, sólo alejándole de lo que más le gusta hasta que modifique su actitud.

- Ayúdele a entender los beneficios que tiene el obedecer y ampliar su propio criterio para que su libre albedrío se llene de mesura y cuáles situaciones le van a traer sanciones y explíquele cuáles serían esas sanciones.

- Si lo va a corregir no le humille.

- Dígale que le ama y que no va a dejar de amarle por lo que hizo, pero que si desea corregir su actitud y que usted no le aborrece a él/ella sino a lo malo que está haciendo.

 

Familia. Explíqueles su modelo de disciplina

La familia es un grupo social y todo lo que se establece en la familia se está estableciendo como un núcleo social en el cual todos y cada uno de los miembros deben conocer las reglas de comportamiento, los deberes, los derechos, las funciones, reglamentos y sanciones que regulan el comportamiento de todos los miembros.

 

Por ello, los modelos de disciplina, deben ser conocidos por todos, cada uno de los individuos de la familia, deben conocer que cosas les es permitido hacer y que cosas requerirán ser sancionadas y como han de ser sancionadas.

 

Cuando estas formas de disciplina son conocidas por el resto de la familia, todos los familiares podrán trabajar unidos para lograr hacerle ver a la persona que incurre en el error, que lo que hizo estuvo mal, que la disciplina que se le aplicó fue la correcta y que debe cambiar la actitud o de lo contrario habrían que tomarse otras medidas, las cuales todos deberían de saber cuáles serían las medidas más idóneas que podrían aplicarse en esa situación.

Si esto no se cumple, muchas veces porque los familiares se contradicen entre sí, se critican la forma de disciplina y otros terminan dándole la razón al que no la tiene y termina dividiéndose el grupo familiar en dos bandos. Y no se termina corrigiendo al agresor, sino más bien todo se convierte en un desastre.

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Amor al disciplinado

Si la familia le demuestra amor a la persona a quien hemos de disciplinar, esa persona no sentirá la disciplina como un acto de odio. El amor es la fuerza más grande que puede experimentar un individuo.

Darle amor no implica alcahuetear una falta, sino corregir la falta y seguirle amando de corazón.

 

A veces los individuos inciden en los errores cuando se sienten no amados, y entonces infringen las leyes establecidas, para demostrar rebeldía y otros lo hacen por llamar la atención; si les damos amor, ellos no necesitarán hacer las cosas mal para recibir un poco de afecto, simplemente entenderán que ser querido, no tiene nada que ver con manipular para lograrlo.

 

Cuando la familia sigue este estilo de vida que estamos señalando a través de estas líneas, pueden lograr mejores resultados; y si aún sienten que no se ha logrado el objetivo, ya deberían recurrir a especialistas en terapias familiares.

No mezcle disciplina con los sentimientos

La disciplina no puede estar sujeta a ningún cambio relacionado a los sentimientos ni a las emociones ni a los estados de humor. 

Cuando la  persona que impone las reglas y las formas de disciplinas en el hogar  se deja llevar por los sentimientos, termina obrando mal, porque la intervención de los sentimientos le harán caer en la manipulación por parte del que debe ser disciplinado o le llevará a imponer un castigo muy severo o un castigo casi nulo o no hacer nada al respecto y descuidar sus funciones y deberes en esos casos. 

 

Al usted imponer la disciplina, la contraparte debe saber que usted le ama y dejárselo claro, pero debe actuar en función de hallar buenos resultados en su ser querido.

 

Lcdo. Argenis Serrano

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