Parte de nuestra mayordomía ha sido establecida bajo
parámetros errados y muchas veces lejos de poder ser dueños de nuestro destino
económico, terminamos siendo esclavos del sistema económico y de
la presión financiera a la
que sucumbimos.
Vamos a guiarle un poco de cómo tener mayor claridad
acerca de la mayordomía y qué debemos asumir acerca de nuestra economía.
Atados a la necesidad financiera
La esclavitud está concebida como una relación
de dominio entre un dueño y un esclavo que le sirve al dueño.
La esclavitud financiera es así, nos esclaviza de
alguien que es quien nos ha confiado algo que es de él, pero que lo necesitamos
sobre medidamente para sentirnos que podemos subsistir.
Para referirnos a esto, hablemos de algunas medidas
económicas que tomamos y que nos hacen esclavos:
- Pedir préstamos a amigos y familiares.
- Pedir préstamos a prestamistas de una sociedad financiera
basada en el empeño que nos cobran
intereses y retienen objetos o pagarés o títulos.
- Pedir créditos a bancos y demás
entidades financieras.
- Pedir tarjetas de créditos y gastar el
mismo desmedidamente, llegando a sobregirarla.
- Solicitar créditos a fundaciones a través
de proyectos que no concluimos y no cancelamos.
- Pedir mercancías a crédito para ir cancelando
por cuotas, algunas de ellas más por gusto que por necesidad.
- Pedir fiado en determinados negocios, como un
impulso de “mañana quizá me cae algo y abono o pago todo”; una actitud
financiera bastante deplorable y muy recurrente entre algún o algunos miembros
de muchísimos hogares venezolanos y
latinoamericanos.
- Comprar por catálogos constantemente, seducidos por
imágenes y tiempos de cuotas, además del deseo de tener cosas sólo por
aparentar.
Cuando nos acostumbramos a todos estos tipos de deudas
y moras para cancelar un producto, servicio, disfrute momentáneo o lo que
necesitemos de momento, estamos haciéndonos parte de la esclavitud financiera y
nos estamos enlistando al gran número de personas, que "trabajan para pagar las deudas del ayer y las de hoy, la pagarán
mañana si logran tener con qué"
No extralimitarse ni ser extralimitante
No quiere decir que de vez en cuando no necesitemos
acudir a algunas de estas alternativas, pero debe hacerse considerando las
posibilidades de que luego de asumidas, se tenga la manera de cómo cancelarlas
inmediatamente después y no que sea una lista mas de las
tantas cuentas por pagar que están ahogando nuestra economía familiar
y por tanto, ser eslabones del fracaso nacional.
Tenga mesura, dese gustos pero luego de cumplir con la
mayoría de los gastos y poder visualizar las maneras de pago; vaya haciendo el
mañana desde hoy sin asfixiarse. Paso a paso logrará el balance y más si en la
familia llevan el mismo ritmo, verán que su situación financiera se desahoga un
poco por su actitud, en un país que tiene ahogados a los hogares por eso mismo
que tienen otros mal administrados y como forma de aupar nuestra esclavitud
financiera, por la actitud.
La mayordomía no debe ser para servir a otros, sino
para saber atendernos correctamente entre nosotros mismos y ser ejemplos en el
hogar, para nuestros familiares, amigos y vecinos.
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