Ya sea entre las parejas establecidas (matrimonio eclesiástico y/o civil, concubinato), entre las parejas de novios que viven juntos, cerca o buscan dónde convivir y entre quienes tienen una relación “complicada”, cualquier falta a ese amor es una grieta al alma que no se rompe. Y a veces toca comprobar infidelidad por Whatsapp y por cualquier otro medio que ese hecho dañino es verídico.
Se ha ocurrido que se tienen suposiciones o
confusiones por las actitudes que el hombre o la mujer puedan recibir de una
cierta cantidad de personas del sexo opuesto y se tilde de infidelidad,
comenzando lo que bien se ha llamado una relación
tóxica.
¿Qué genera la infidelidad?
La inmadurez y la falta de voluntad, seriedad y
real compromiso. No hay de otra. Quien es fuerte no sucumbe a tentación alguna
y hasta lucha por hacer valer sus principios en nombre del amor. Tampoco paga
con la misma moneda, creyendo que así se nivelan los males, cuando en realidad lo
que hacen es acrecentar los males.
La infidelidad también es fruto de la falta de
comunicación, planeación y entrega. Alguna de las partes ya comienza a ver la
intimidad como algo rutinario y lo manifiesta negándosela a la contraparte. Ello
también se refleja en otras actividades. Y lo que algunos no consiguen en casa,
buscan obtenerlo en otro lado.
¿Qué no es la infidelidad?
Querer
a otra persona de manera fraterna y comprometida, sin sobrepasar los límites
que crea la amistad responsable. Eso no es infidelidad, es cariño.
Tampoco
lo es alabar a otras personas de manera jocosa o elegante en festejo a sus
actitudes y dotes. Mucho menos escribirle a las amistades y contarles algunas
cuitas.
Mientras
exista el parámetro del respeto hacia la pareja y no se haga en otro ser lo que
para la persona debe ser, la infidelidad
no existe. Si se confunden estas acciones, comienza una relación tóxica que puede detonar a la infidelidad o una separación sin que exista un infiel, atención a eso.
Comprobar la infidelidad
Ya
pasaron los tiempos de los detectives privados. Ahora, ante sospechas reales de
infidelidad, como abandono psicológico, gastos no debidos, maquillaje en ropa,
regalos, visitas en horarios no acordes con la ética, bien vale comenzar a
indagar.
Una
de las maneras más lógicas es a través del teléfono
celular donde se realizan la mayoría de los contactos. Muchas veces,
hombres y mujeres infieles se confían de la encriptación de la aplicación y también
la función de bloqueo del aparato.
Pero
no recuerdan que hay detalles adicionales que con algo de paciencia y
metodología, una persona puede averiguar. Porque lo que la persona infiel
esconde, casi siempre se revierte y le delata.
¿Y luego?
Ya
teniendo las pruebas, lo primero es consultar a un abogado especialista e
informar a sus hijos.
A
éstos, claramente no se les dirá nada del mal al amor ni se les debe poner en
contra; lo justo es decirles que se han
roto relaciones ante desgastes insalvables y que la lejanía es más felicidad
que la distancia. Que ello no es culpa de ellos, sino “cosas de pareja”.
Confrontar
en privado a la persona, escuchar sus argumentos; evitar toda forma de
violencia o tristeza, mucho menos auto infringirse daño, recuerde que se acaba
una relación ya marchita, no la vida.
Informar
su decisión al respecto a la contraparte, sea cual fuere. Informar a los
familiares directos de ambas partes de lo ocurrido así como al abogado sobre la
decisión.
Siempre
tener las pruebas de la infidelidad a manos durante el divorcio, jamás extorsionar o chantajear
emocionalmente con ello, así decidan continuar.
Así que
Si
quiere una vida amorosa, plena y fuerte, siempre agregue nuevos elementos de
bienestar para ambos, haga de las quejas actos de solución con discusiones de
altura y sin violencia; evalúe siempre el cariño de ambos y mejore o rescate
según el mismo esté.
Si
alguien quiere que usted sea infiel, también puede exponerle con el uso del
WhatsApp y en pareja, sin vergüenzas públicas, haciendo del asunto algo pequeño
entre las partes involucradas. Usted y su pareja siempre contra el mal, podrán
acabar con la infidelidad.
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