Hay cruzadas que no se deben enfrentar solos, sino en compañía; los ejercicios son uno de ellos porque a algunos les tonifican, a otros les mantienen su peso y a todos les procuran salud y confianza. Y el que se hagan ejercicios en familia, es otra de las maneras que ayudan a aumentar el vínculo.
Claramente los horarios y deberes de cada quien, además de su edad y condición de salud crean diferencias tanto en las rutinas como en los horarios. Algunos podrán hacer ejercicios de fuerza, otro sólo ejercicios pasivos y algunos ejercicios lúdicos.
Pero
el que todos tengan esa buena costumbre de realizar ejercicios
en familia como algo más para contarse, apoyarse y retroalimentar su
sapiencia, crea familias funcionales y armónicas, siempre que complementen las
rutinas físicas con valores éticos y propósitos de crecimiento como persona y
como núcleo social.
Ejercicios en familia
Iniciar
una rutina de ejercicios en familia es un paso bien llevado hacia la salud preventiva
y el bienestar emocional y actitudinal de todos los miembros del hogar.
Para
hacerlo de manera efectiva se ha de tener en cuenta las recomendaciones
adecuadas, los horarios y las actividades que se ajusten a las necesidades de
cada persona. A ello, nos enfilamos…
Creatividad y colaboración en la actividad física
Antes
de embarcarse en esta nueva aventura de ejercicios en familia, es recomendable
que todos, desde los niños hasta los abuelos, consulten a un médico, ya que el
pediatra, internista, médico deportivo o geriatra podrán ofrecer orientación
sobre el tipo de ejercicio adecuado y las reales capacidades de resistencia en
cada miembro del hogar.
Se
ha de introducir la actividad física de forma gradual, transformando las
actividades en momentos de diversión y no en obligaciones, por lo que hay que
entender que los ejercicios en familia que desean realizar como grupo, no son con
fines competitivos sino para ser más competentes.
Una
buena idea es establecer una rutina semanal, comenzando con dos días a la
semana programando caminatas, paseos en bicicleta o deportes al aire libre que harán
que todos se sientan motivados.
La
clave está en integrar el ejercicio de forma natural en sus vidas, utilizando
la tecnología a su favor; por ejemplo, al optar por juegos interactivos que
involucran movimiento.
Volver
a lo básico, como jugar a la pelota o al Ultimate (lanzamiento de freesbie) o
hacer actividades tradicionales, también fomentará relaciones y habilidades
motoras en los niños y quitará “óxido” a los adultos.
Recordemos
que el ejemplo es la mejor manera de enseñar: al fijar hábitos saludables como
el de acostumbrarse a realizar ejercicios en familia, los padres pueden
inspirar a sus hijos a seguir ese camino y ello será una sana herencia o tradición.
Beneficios de los ejercicios en familia
La actividad física conjunta refuerza la salud física de la familia, creando nuevos y más fuertes lazos emocionales. Algunos otros beneficios que se pueden experimentar son:
Promoción
de un estilo de vida activo: Fomentar
la actividad desde una edad temprana establece hábitos saludables que perduran
a lo largo del tiempo.
Fortalecimiento
de los lazos familiares: Compartir
aventuras deportivas genera recuerdos que unen a la familia y crean una
atmósfera de apoyo y entendimiento verbal, gestual e incluso, tácito o
intuitivo.
Reducción
del estrés y mejora de la salud mental: El
ejercicio ayuda a liberar tensiones y mejora el estado de ánimo, proporcionando
un espacio de relajación y conexión entre los miembros.
Además,
realizar ejercicios en familia o juegos en grupo fomenta habilidades sociales
como el trabajo en equipo y la comunicación, indispensables en la vida diaria y
base de confianza para forjar mejores hijos y buenos ciudadanos.
Horarios y actividades recomendados para cada miembro de la familia
Para
maximizar los beneficios del ejercicio en familia toca establecer horarios y
actividades que se adapten a las distintas edades; he aquí algunos ejemplos
(reiteramos: consulte a su médico o a un especialista en educación física para
crear los itinerarios, rutinas y enseñar las preparaciones, alimentación y
trabajo psico armónico):
Adultos
(papá y mamá): Pueden
organizar su ejercicio por la mañana, de 6:00 a 7:00 a.m. o después del
trabajo, entre 6:00 p.m. y 7:30 p.m. Opciones como el gimnasio, parques o hacer
ejercicio en casa son ideales.
Adolescentes
(11 a 25 años): Estos
jóvenes pueden aprovechar su tiempo libre después del liceo, universidad o empleo,
entre 4:00 p.m. y 6:00 p.m. y participar en actividades deportivas los sábados
y domingos. Los centros deportivos y clases extracurriculares son excelentes
lugares para socializar y ejercitarse.
Niños
(menores de 10 años): Pueden
jugar en el parque de 3:00 p.m. a 5:00 p.m. o participar en juegos activos en
casa. Las actividades como andar en bicicleta o clases de danza o karate también
les mantendrán activos y divertidos.
Abuelitos: La actividad para los mayores debería programarse en las mañanas, desde las 8:00 a.m. o por la tarde entre 4:00 p.m. a 6:00 p.m. Se recomienda participar en clases de ejercicio en centros comunitarios (con rutinas ya estipuladas y la inspiración de personas de su edad que son muy jacarandosas) o hacer caminatas suaves en el parque.
Involucrarse
seria y disciplinadamente con los ejercicios en familia transforma cuerpos y
lleva sus relaciones a niveles de conectividad superiores.
Tomarse
el tiempo para programar ejercicios en familia ayuda a promover el bienestar
físico y consolida los lazos familiares a través de momentos compartidos de
alegría y diversión.
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