¿Han
pasado por la molestia de dedicarle espacio a agendar hora online ya sea
para una cita médica, un estudio, una clase, reunión de negocios, estudiantil o
hasta romántica y que la contraparte llegue tarde y con excusas banales?, ese
es el resultado cuando en los hogares no se enseña y predica con el ejemplo el inmenso valor de la puntualidad.
Incluso
cuando llegamos tarde -por X o por Y- a cualquier reunión estipulada o evento,
deberíamos sentirnos avergonzados por no saber rendir respeto a las demás
personas en el valor de su tiempo y deshonrar los valores inculcados en el
hogar.
Si los
hispanohablantes fuésemos dados a la puntualidad como lo son los británicos y
gran parte de los asiáticos y africanos, el progreso se percibiría realmente,
la atención sería más expedita e incluso nuestra situación socioeconómica mejoraría.
Claramente
hay empresas y personas que sí son leales al reloj y prestan el debido respeto
al tiempo ajeno de manera tan perfecta que logra incomodar a muchos. Pero eso
no debería ser ajeno a nadie, la puntualidad es una virtud que abre puertas y
ayuda a organizar mejor la vida, incluso para responsabilizarse con los demás y
saber colocar límites o delegar funciones para que todo se cumpla y uno mismo
quede satisfecho.
Si
vives en una ciudad grande, probablemente entiendas lo crucial que puede ser el
tiempo. En lugares con mucho tráfico y gran cantidad de gente, un simple
retraso puede afectar tu día entero.
Por
eso es obligatorio enseñar a niños y adolescentes la importancia de ser
puntuales y con estas seis estrategias efectivas para fomentar este valor se
puede lograr.
Enseñar y poner en práctica perenne a la puntualidad
Predica con el ejemplo
Una
de las mejores maneras de enseñar a los niños sobre la puntualidad es a través
del ejemplo. Si deseas que ellos lleguen a tiempo a sus actividades y
compromisos, tú también debes ser puntual porque al mostrarles que valoras el
tiempo, ellos aprenderán que también deben hacerlo.
Llévalos a tiempo a la escuela y actividades
Comienza
a fomentar el hábito de la puntualidad desde una edad temprana, llevándoles a
la escuela y a sus actividades en el horario correspondiente para que así por
costumbre entiendan lo importante que es llegar a la hora y, con el tiempo, eso
se convertirá en una parte natural de sus vidas.
Habla sobre la puntualidad en el trabajo
A
medida que crecen, por igual debes recordarles cómo la puntualidad puede
impactar su vida laboral. Explícales que ser puntuales puede traerles muchos
beneficios en su futura carrera: como bonos de puntualidad, impulso en su
reputación profesional y reconocimiento por ser responsables. Quienes son
puntuales suelen ser valorados como empleados dedicados y confiables y mejor sí
no se dejan arrastrar por quienes tienen el feo hábito de la impuntualidad.
Comparte tus experiencias personales
Cuéntales
sobre las experiencias en las que la puntualidad ha sido clave en tu vida,
desde cómo llegar a tiempo a reuniones o citas te ha traído beneficios hasta el
cómo se pueden presentar así mejores oportunidades laborales o relaciones más
sólidas gracias a tu fiabilidad y constancia disciplinada.
Estas
historias les ayudarán a ver lo valioso que es respetar el tiempo, tanto el
propio como el de los demás.
La puntualidad como cualidad de éxito
En
muchas culturas, se dice que ser puntual es un rasgo de personas exitosas. Esta
idea puede motivar a los niños y adolescentes a adoptar la puntualidad como
parte de su disciplina diaria porque al entender que el ser puntual es sinónimo
de respeto y ambición, podrán tener una mentalidad más positiva hacia esta
virtud.
Respeto por el tiempo de los demás
Es
crucial que los niños comprendan que, al igual que su tiempo, el de los demás
también es valioso. Enséñales que ser puntuales es una cuestión personal que
deriva en otra de las múltiples formas de respetar a las personas a su
alrededor. Al adquirir este hábito, se beneficiarán ellos mismos, su familia y
comunidad.
La puntualidad
es otra forma de mejorar a un país.
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