La dependencia emocional es uno de los patrones más enfermizos en la sociedad, logrando en quienes la padecen, consecuencias terribles. Les daremos información básica acerca de esta problemática.
Lo peor que podemos hacer es hacernos adictos a una
persona o por el contrario, convertir a alguien en un adicto a nosotros; en la vida no sabemos hasta cuándo vamos a
vivir y mucho menos cuando vamos a partir de esta vida terrenal, es por ello
que debemos enseñar a todos los que nos rodean y en especial a todos nuestros
seres queridos a prepararse para un mañana si nosotros. E incluso nosotros
mismos debemos irnos preparando para un futuro sin ellos.
Esto no quiere decir que no disfrutemos de las
personas, por el contrario, debemos disfrutar a plenitud a todos los que
tenemos aún con nosotros y permitirles que gocen de nosotros todo el tiempo que
nos quede de vida.
Pero vivir equilibradamente, sabiendo que todos tenemos
un tiempo para nacer y un tiempo para morir y que es duro aferrarnos
irresponsablemente a una dependencia hacia alguien que un día nos tendrá que
decir adiós o aferrar a nosotros a alguien que un día nos tendrá que ver en una
urna y sufrir por ello.
Además las personas que son dependientes cuando se les
va la persona a quien unían su dependencia o se suicidan o buscan a otra a
quien apegarse de la misma manera, porque no saben vivir sin alguien que haga
todo por él o ella.
Con la dependencia emocional se les está frustrando sus
talentos, sus dones, sus habilidades, todo por ser o hacerles esclavos de
alguien que haga por ese ser, todo lo que por sí mismo podría lograr.
Para disminuir este flagelo, bien se han de tener
pláticas y prácticas. Saber prepararse para lo peor pero siempre viviendo en
pro de lo mejor.
Autoayuda para salir de la dependencia emocional
Guardar recuerdos de manera sana y sentimental, como
las selfies u objetos es válido mientras no se asocien con imposibles de
repetir. Por el contrario, se ha de saber que lo único de esos instantes se
recuerda con el corazón y son los objetos los que los refrendan en el mundo
físico y los reactivan como testimonios que son.
Pero no se ha de tener una dependencia emocional a las
personas ni a las cosas, porque a las primeras se les deshonra su memoria y
nadie que hayas querido y te haya amado querría que estés triste y en abandono
por no estar. Y las cosas, ¡son simplemente cosas!
Con el dolor de una persona querida que partió de este
mundo todos debemos vivir. Y por su memoria y nuestra dignidad, saber guardar
ese dolor en el alma en un rincón digno que con su peso, más bien nos impulse a
proseguir hasta que la vida misma indique cuándo con ellos lograremos ir.
Dígales NO al abandono personal, al suicido, al
resentimiento y lo irracional. De esa manera morirá la dependencia emocional y
sólo vivirán el amor, el cariño y el sano apego.
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