Hace poco el registro mercantil de la ciudad tenía una fila de personas esperando que abrieran. Luego de una gran espera, consultaron el motivo para no abrir. La respuesta fue “Uno de nuestros motorizados fue a la cerrajería, ya viene”.
Y sí, antes de las 8 de la mañana ya estaba esa
persona buscando un cerrajero urgente porque en uno de los candados anti-cizallas,
se partió la llave.
No caminé mucho cuando vi que llegaba el señor
de la cerrajería. Ya tarde de regreso, la oficina pública estaba abierta y todo
de lo más normal.
La cerrajería
Esto lo hace pensar a uno en que cada quien
tiene su lugar en la vida. La cerrajería es un oficio que se hace con
profesionalismo, ayudando a minimizar los costos que significarían:
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Cortar puertas (madera, acero).
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Romper vidrios de puertas de carro.
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Forzar candados con objetos contundentes.
-
Las implicaciones legales o molestas que estos
actos podrían acarrear de presentarse un policía.
Está visto que el arte del cerrajero jamás
caerá y sus cobros, dizque altos, son siempre menores al daño colateral de un
error o accidente.
No culparse
Algo que tienen las personas ante el error de
perder las llaves, rotura de las mismas, ser objeto de robo, avería del
mecanismo, es flagelarse. Quizá por ingresos o por no querer acepar que son
efectos del día a día, indeseables pero que se suceden.
Que existan personas que ejerzan el oficio de
la cerrajería y su amplia disposición 365 días al año, técnicamente 24 horas,
debe ser de amplia consideración.
Cuando en su hogar se cierra la puerta y hay una
cocina encendida; un menor o adulto mayor que se deben asistir, un animal, sólo
están tres opciones para entrar: Romper para adentrarse, llamar a los bomberos
o solicitar un cerrajero.
Existirá la necesidad del pago, pero
decantarse por el cerrajero es la mejor opción.
Es el número que todo hogar debería tener en
agenda, aunque no le requiera. Sus oficios aminoran momentos vergonzosos y
gastos absurdos, solucionando en realidad.
Rendimos honor a quienes hacen de su oficio
una tabla de salvación para las mayorías, en este caso, por quienes ejercen el
arte de la cerrajería.
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