Mantener las cortinas blancas, por siempre
Las cortinas blancas, esas telas especiales con delicados visillos que tamizan la luz y aportan tanta belleza a las ventanas, algunas habitaciones e incluso a las camas a las que otorgan una elegancia que podríamos catalogar de ancestral, siempre terminan adquiriendo un tono amarillento por mucho que se les lave.
La lejía puede ayudar a blanquear las cortinas, pero la
misma es muy agresiva y el delicado tejido puede –y de seguro lo hará-
terminando por rasgarse.
Un truco casero consiste en poner en remojo las
cortinas blancas en un recipiente espacioso o quizá en una bañera con agua templada en
la que se ha diluido una buena cantidad de sal casera.
Se le agrega luego un puñado generoso de bicarbonato
para multiplicar su eficacia.
De querer o poder lavarlas en lavadora, una opción de
ayuda para blanquear las cortinas blancas es agregarle tres sobres de levadura química.
Las cortinas blancas deberían ser lavadas al
menos 3 veces al año, según la situación del hogar con respecto al sol y la
polución en derredor.
Comentarios
Publicar un comentario