Uno de los problemas más frecuentes en los hogares es distribuir las capacidades económicas y así poder equiparar en todos los rubros y servicios necesarios dentro de los mismos. En lo que respecta a los alimentos, crear un menú familiar parece un tanto difícil, pero podemos dar algunos visos de orientación y usted pueda adecuarlos a los gustos – posibilidades alimenticias de cada uno de los miembros.
Menú familiar
Vamos a sugerir una estructura
que puede servir para una familia de no más 4 personas y una o dos mascotas. Dispensen
si la misma trastoca u ofende sus limitaciones económicas, estamos conscientes
de los vertiginosos cambios en estos años, por ello, buscaremos un punto medio
con el cual se logre el objetivo de todo menú familiar: la nutrición real de todos
los que en ese hogar habitan.
Qué comprar
Para 4 personas, se recomiendan
unos 4 kilos de proteínas para la semana (carne, pollo, pescado, cerdo), además
de un cartón de huevos que se puede rendir unos días más.
Rendirlos con berenjenas, auyama,
calabacín, zanahoria, papas, yuca, batata, ñame; algunos se pueden hacer en
puré, otros rallarse y otros en rebanadas o julianas, ayudan a rendir las
proteínas.
Haga de las ensaladas el plato
fuerte. Ya sea con una exótica Ensalada Rusa original, que es una de las más rendidora y satisface incluso por horas a
los más glotones; así como una ensalada César con pollo o pescado o una
ensalada de remolacha con papas y atún (con mayonesa y mostaza). En ellas está
la suma de proteínas y carbohidratos
que sus cuerpos necesitan.
Algo que no debe faltar en el
menú familiar, es la sopa. Sea un caldo de pollo, una sopa de sobre o algo más
elaborado como sopa de costilla, de lagarto o un mondongo; así como granos de
diversos tipos, tomar aunque sea una taza antes del almuerzo, ayuda a la mejor
asimilación de los demás alimentos, que las arterias no se saturen y una más
rápida digestión.
Para los desayunos, tener queso,
jamón, harina de trigo o de maíz, es más que suficiente para unas buenas
empanadas o arepas o unas tortillas sencillas. Acompañado de un buen café –con o
sin leche- y un jugo o malta para refrescar y así aguantar el trajín de la
mañana.
En las meriendas, algo de pan,
refrescos, jugos naturales, galletas, frutas, ayudan. No viva con la ansiedad
ni aguante las ganas, la merienda no sólo ayuda a aguantar el hambre sino a
subir la estima porque se sacia un antojo, algo que en estos tiempos y
economía, es un éxito.
Menú familiar en escala
Lunes: Ensaladas, sopa, galletas
de soda, jugos digestivos; Nuggets de pollo para los niños y jóvenes.
Martes: Sopa, proteína a la
plancha, ensalada ligera (tomate, lechuga, pepino, cebolla morada), arroz,
jugos naturales de más peso (con o sin leche).
Miércoles y Jueves: Sopa,
ensalada rusa original, carne de cerdo a la parrilla, pasta corta, malta o
refresco.
Viernes y Sábado: Alguna comida
rápida como Pizza, Hamburguesas, Perros Calientes. Si son hechos en casa,
mejor. Acompañar con aros de cebolla y refrescos.
Menú familiar del domingo:
Desayuno a la plancha con pan. Sopa de costilla o mondongo o granos. Algún plato
típico de su región. De cenar, un compilado de las sobras de la semana con un
par de huevos al gusto. Alguna bebida ligera.
Este menú familiar dista mucho de
esas dietas o recomendaciones que en prensa,
revistas, televisión o Internet podría encontrar. Pero siempre le mantendrá
contento.
Eso sí, no exagere, no se sature
con la cantidad de comida, no la condimente demasiado, reduzca la cantidad de
aceite y sal o azúcar en las mismas.
No son los alimentos los que
pueden hacer daño, sino el abuso, la exageración y lo rutinario. Por ende, el menú
familiar debe cambiar cada semana en los rubros de proteínas y carbohidratos.
Y no se niegue a probar cosas
buenas. Un menú familiar se puede enriquecer cuando todos los miembros del hogar aportan ideas, solicitan
otras cosas o inventan o siguen nuevas
recetas.
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